DE VUELTA... Y EL TERCER OJO...

Parece que me hubiera picado la mosca del sueño... no hago más que pensar en dormir, y dormir...zzzzzzzzzz.

Esta mañana, he vuelto a la rutina, después de unos días de descanso y más descanso, y visitas y más visitas. Es la primera vez que tengo unas vacaciones "raras", en las que he visto mas casas que la calle. Pero es lo que tocaba, mis visitas han sido un tanto familiares como "especiales" así que lo comido por lo servido. No me puedo quejar. Mi estado actual es como haber despertado de un sueño. Quiero asimilar las cosas, como cuando pruebas algo y te quedas un rato pensando en lo que vas sintiendo. Me siento tranquila, a la vez que no contenta del todo, aunque con un rayito de ilusión que se ve de forma tenue... ahora hay trabajo conjunto que según como salga, hará que ese rayo ilumine más el camino o por el contrario, se oscurezca irremediablemente. Tiempo al tiempo. Tengo la sartén por el mango, jejeje. Como quien dice "soy la jefa" en estos momentos, así que ... ya veremos.

Pero lo que os iba a contar (ya que mis vacaciones, ya han quedado resumidas... ¿playa? escasos 20 minutos... sé la vié, si no se puede, no se puede). Esta mañana, mientra me despertaba en mi parada de autobus, se me ocurrió sentarme en un escalón de una tienda. Bueno, que la parada esta justo en la acera y ni medio paso tengo que dar si llegaba el bus. Total, que mientras mi mente viajaba de aquí para allá, yo sentadita casi al ras del suelo veo que viene un obrero o currante cualquiera. Tengo la mala costumbre de mirar directamente al paquete. Sí señores, al paquete. En la entrepierna, no me digais por qué, no es morbo. Simplemente se me va la vista allí como quien mira un sugerente escote de una buen moza (que también se me van los ojos, eh! que pasa, hay escotes y escotes y algunos claman al cielo ser vistos... ¿o no?). Bueno, la cuestión es que no es que me quede mirando fijamente, es solo un nanosegundo. Pero suficiente para detectar si hay cremalleras bajadas. Cosa que ya estoy acostumbrada con mi jefe, que en mas de una ocasión le he tenido que decir "Boss, que se le ven las ideas!". Mentira, no se ve nada porque my boss, usa CALZONCILLOS. Vereis, esta vez, el sujeto en cuestión que vi en la parada, iba con la cremallera abajo, y SIN CALZONCILLOS. ¿Que cómo me dicuenta? JA-JA-JA... porque el tercer ojo en cuestión estaba mirandolo todo...sí, su apéndice de entre pierna asomaba sin pudor. Joer! creo sinceramente que el buen hombre no se dió cuenta de tamaño despiste. Así que en cuanto pasó delante mío, a unos pasos de distancia, aquí la buena de Olivia le dijo:

"Oiga, sí...ustéd...¡la cremallera que la tiene bajada!". Esa incipiente sonrisilla que le asomó al girar y ver que una buen moza le llamaba, se le quitó de la cara al oír el resto de la frase.

Chicos, poneros calzoncillos. Y... no olvideis subiros las cremalleras.