viernes, 27 de noviembre de 2009

COMO UNA DROGA... LENTA

Una vez un amigo me dijo que yo era como las drogas "lentas". Sin que la persona se diera cuenta, ya estaba pillado. ¿Será? Me lo dijo porque alguna vez estuvo por mí, solo que en su momento yo no tenía cabeza para nadie. Me gustaba, pero en vez de verle todas sus virtudes, sólo veía los "defectos". Los que tengo yo, tú, aquel... Me diréis que seguramente no me gustaba lo suficiente, en realidad era que aún pensaba en otra persona. Y sí, me fastidió mucho la situación porque me hubiera gustado corresponderle. Meses después llegó un momento en el que "le ví". Pero ya era un poco tarde, había conocido a otra chica. Seguimos siendo amigos, muy buenos amigos. De echo, ahora pienso que de haber tenido algo con él creo que no le habría aguantado, jeje. Es un cielo, pero definitivamente, no creo que hubiera funcionado.

¿Por qué le gusté? en realidad no lo sé. Alguna vez me ha dicho también que le gustan las chicas con algo de mala leche, y yo... mala leche mas bien poca. Pero sí que me ha vuelto a decir que yo entro despacio en las personas, y soy como una droga... "lenta". Y aunque eso depende de "con quien", tal vez sea así que "conquisto" sin darme cuenta. En realidad, cuando lo hago a posta creo que soy como una droga dura, jajaja. No doy tiempo a reacción, y sin ser pesada pero... el fin es fulminante.

No sé... ¿qué hacer cuando te gusta alguien, que es un encanto, pero "no es el momento"? leches... eso lo se perfectamente. Tampoco es plan de hablar lo que ya esta hablado, simplemente dejar fluir las cosas "dicen". Lo malo, es que luego una que va de fuerte termina debilitandose y todo resulta muy tentador. ¿Podría ser para él como esa droga "lenta" que dice mi amigo? . "Es hombre", sí claro, es hombre y seguramente para un ratito olvide eso de "no es el momento", (porque también tiene que "olvidar") o yo, pero ¿y después? a lo mejor no pase nada de lo cual tengamos que pensar, pero tampoco me gustaría tener que pensar en nada si algo pasase (parece un trabalenguas). Y no, la dulzura del momento consiste en estar con alguien así, estar a gusto (entiendase solo la compañía, no que haya mas que el estar como con un amigo/a) y despedirte con dos besos, uno en cada mejilla, y sabiendo que podrás ver a la persona en otro momento, porque ambos saben que han hecho las cosas bien... ni uno se deja llevar por las hormonas, ni la otra, ni nadie se hace un lío, ni la lía...por no hacer daño, por no hacerme daño. En realidad en estos casos, hago mi propio efecto barrera. Quiero pero no puedo. Así que mi comportamiento es ser lo mas natural posible, pero con un toque de frialdad. Cuando por dentro en realidad observo sus gestos, los detalles en cómo habla, como se mueve, lo que me diga... en fin... que dejemos que el tiempo y las circunstancias sigan haciendo su trabajo. Pero tengo una sensación extraña por dentro... supongo que es la incertidumbre. Aunque no me quita el sueño... creo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿ME DEJAS ENTRAR?...

Olivia se preguntó si no sería un error dejarle entrar. En realidad, las veces que se vieron él siempre tuvo un comportamiento normal con ella. Su intuición le decía que no le haría daño...pero ahora tenía algo de miedo. Ella le miró fijamente, mientras él permanecía tras el umbral esperando su respuesta. Otto era alto, y físicamente atractivo. De espaldas anchas, cabellos oscuros, ojos color miel, unas manos grandes y bien cuidadas... de tez blanca.

- Otto... ¿Por qué has venido?
- Ya te lo dije...no lo sé... - él la miró fijamente a los ojos, y le sonrió dulcemente. ¿Me dejas entrar?
- ¿No puedes hacerlo sin que te diga nada?
- No..., me tienes que invitar.- Y Otto se sentó en un banco que había en el balcón. Si no quieres entonces me voy.

Otto se incorporó, y Olivia se puso en pie también.

- Espera..., esta bien, puedes entrar. - A Oli se le aceleró el corazón, empezó a escuchar sus propios latidos, la sangre subía hasta llegar a su cerebro ... "¿¡Qué haces!?".

Él se fue acercando a ella lentamente, Olivia estaba paralizada "No le mires, no le mires, no le mires directamente a los ojos...". Otto le acarició suavemente su rostro, y levantando ligeramente el mentón de Olivia le dió dos besos muy despacio, uno en cada mejilla, rozando ligeramente sus labios al darselos. Ella sintió un frío que antes no había sentido, su cara ardía, "Tal vez sea eso... tengo mucho calor ahora...y él... esta frío".

- ¿Estas bien?... pareces nerviosa. - Otto contenía la risa.
- ¡Coño Otto!, apareces en medio del jardín a las tres de la mañana y dices que no sabes porque estás aquí, vuelas hasta mi balcón, me preguntas si puedes entrar... estas helado, venga, ¿ahora qué? ¿me vas a morder y a desangrar?
- Siento haberte asustado. Y eso solo lo haré si tu quieres.
-¿¡Qué!?- Olivia se sorpendió. Entonces... ¿no me vas a ... ?
- Eso no... - la cogió por la cintura y acercandola a él, le dió un beso en los labios.

No podía parar, la atracción era muy fuerte, y ella no comprendía que alguien como él pudiera hacerle sentir un deseo tan intenso como los besos que se daban en ese momento.

- Espera, espera.... - cuando Olivia le dijo eso, vió que Otto tenía unos grandes colmillos y estaba muy excitado. Tranquilamente ella le dijo... - No quiero que me muerdas..., hoy no.

El posó su frente sobre la de ella, mientras acariciaba su cuello...sus manos bajaron hacia sus pechos y su cintura...

martes, 24 de noviembre de 2009

SIN PALABRAS....

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Actor Alexander Skarsgard arrives at the "True Blood" season premiere held during PaleyFest09 at the ArcLight cinemas on April 13, 2009 in Hollywood, California on.  (Photo by Jason Merritt/Getty Images) *** Local Caption *** Alexander Skarsgard

Esta maravilla de la naturaleza (pa mi gusto, un bombón -Alexander Skarsgard), sueco, y todo un vampiro en la serie True Blood. Me ha enganchado, y este hombre.... ays... ¡agua fría por favor! (es que tendríais que ver la serie para entenderme chicas...). Alto, de espaldas anchas, complexión atlética... caray... es que hay que verle en movimiento. En la serie este fue un vikingo convertido a vampiro.

lunes, 23 de noviembre de 2009

SOLA Y SOLA

Estoy con días de extraña felicidad. No hay pez de color (ni vampiro) a la vista. Aunque parte de mi alegría es a causa de aquella llamada que estaba pendiente. Al final la hubo y creo que es la primera vez que no me entristece que las cosas no puedan ser. No porque no me hubiera gustado, no porque yo no haya gustado, pero... si no es el momento, es que no es. Aún así, creo que lo del buen feeling es inevitable. Tal vez eso me alegra, y no, no hay falsas ilusiones, ni promesas de ningún tipo.

No sé, la verdad es que después de unos días algo extraños, llego a la conclusión de que aunque me venga abajo y haya gente que me apoye (porque yo las busco, y están...gracias!), al final siento que de las experiencias pasadas he aprendido algo. Y que ojalá nunca me falte el quererme a mi misma. De echo, nunca había sentido tanto amor por mí, jajaja. Me miro al espejo y me veo guapa, por Deus! no me falta abuela desde ya hace un tiempito, y tampoco lo oculto. Me gusto. Ahora bien, no es egocentrismo, ni vanidad, es solo haber aprendido a valorarme. Que alguna vez parezca lo contrario, bueno...todos tenemos días malos, y si duran nada y menos mejor.

Sigo con mis días a full, aprovecho que estoy sola y sigo sola. Y qué hago? aprovechar mi tiempo haciendo cosas que me gustan y con la gente que quiero. ¿Qué la cosa para? bueno... también me vendrá bien, ya que lo que no estaría bien es no estar a gusto sin hacer nada...jajajaja. Yo me entiendo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

OTTO

Olivia se despertó sobresaltada. ¿Lo había soñado? Se tocó el cuello y no tenía nada. Aún era de noche. Miró el reloj y marcaba las tres de la madrugada. Se quedó acurrucada bajo su edredón, encogiendose un poco. "Qué real..." pensó.
Se levantó, y se puso unas braguitas. Cogió su bata azul celeste que tenía colgada detrás de la puerta, y se dirigió al salón. El tacto de la bata era muy suave, como tener un peluche encima, así que frío no tenía. La luz de la luna atravesaba el cristal de la puerta que daba al balcón.
Según había leído, los vampiros tenían la habilidad de hipnotizar a la gente. Y que si algún vampiro te mordía, no necesariamente te convertías en uno más. Podían servirse de tí para saciar su sed de sangre, pero solo si ellos querían te convertían en uno de ellos. Morías, y dejabas tu condición humana para ser vampiro. Volvió a tocar su cuello... "Debe pasar mucha sangre por aquí", pensó, y sonrió.
Cuando se disponía a volver a su habitación, algo la impulsó a salir fuera. Abrió la puerta, y se asomó al balcón. Este daba a un jardín, delante tenía otras casas. No hacía mucho frío. La luna estaba impresionante. El jardín parecía iluminado por una farola... Mientras miraba, no pudo evitar sobresaltarse y quedarse de piedra. Ahí abajo, estaba él. No podía ser, "Es imposible!" se dijo a sí misma Olivia. A esas horas, no podía ser casualidad. Recordó que las veces que había quedado con él, había sido ya de noche. "Normalmente quedas con la gente de noche", pensó ella.

- Olivia...- escuchó su voz susurrante. Era imposible! se dijo ella, "le escucho como si estuviera dentro de mi cabeza!"
- ¿Qué haces aquí...?- dijo ella dibujando una tenue sonrisa en su rostro, y ajustandose la bata a sí.
- No sé... no pude evitarlo... ¿pensabas en mí acaso?
- ¿Pensar en tí? .... bueno.... algo sí. - Olivia se puso un poco nerviosa. Al mirarle, tuvo un deseo irrefrenable de que la abrazara y le hiciera el amor allí mismo...pero a la vez, tuvo miedo. No parecía humano.

Al segundo de pensar esto, como si de un ave se tratara Otto llegó hasta su balcón. Ella retrocedió varios pasos hasta meterse dentro del salón, casi se cae al suelo del susto.

- Pero que rayos eres?!- le espetó ella una vez se dió cuenta que él, por alguna extraña razón no dió un paso adelante.
- ¿No te lo imaginas?- y río, como tantas veces había reído junto con ella.
- Desde luego no eres Superman.- Dijo ella, mientras se sentaba en el sillón, un par de metros alejado del balcón. - Tal vez un Batman... pero él, no vuela.

Otto volvió a reír. "Olivia... ¿me dejas entrar?".

lunes, 16 de noviembre de 2009

AMANECER...

Hoy me voy a invenar una historia...

Olivia se despertó muy pronto, estaba sola en casa. El silencio era lo único que escuchaba, y a sí misma, bajo el edredón. El sonido de la sangre que circulaba por su yugular, como latidos del corazón. Apartó de sí el nórdico, para no escuchar el fluír de su sangre. Así solo escucharía sus pensamientos: "Qué sueño..., Levántate..., Pensará en mí?..., Qué metida de pata, deberías cerrar el pico y no decir lo que sientes a nadie..., Mierda...como me gustaría que estuviera aquí abrazandome...sus besos..., Tengo ganas de ir al baño, Quedarán cereales?...leche?...".

No solía dormir desnuda, pero esa noche quiso hacerlo. No hacía mucho frío aún, y su edredón abrigaba mucho. Su piel en contacto con las sábanas, nada más. Sus manos buscaron su propia piel, sus pechos, sus muslos, su vientre... pero no tuvo ganas de más. Por la noche solo recurrió a su imaginación. Qué mejor que poner un rostro, o un cuerpo a tu "acompañante" nocturno. Sí, sintió acariciar unas manos mucho mas grandes que las suyas, sintió el suave tacto de sus cabellos. Imaginó acariciar su rostro, y recorrer con sus dedos su perfil...y detenerse en sus labios (algo carnosos y apetecibles), y sentir de pronto como él le abrazaba fuertemente por la cintura y le acercaba a sí, piel con piel, vientre con vientre... En un segundo esfumó de sus pensamientos esos recuerdos, y dejó de imaginar. Sintió un vacío extraño. Un estremecimiento por todo su cuerpo, cerró sus ojos y se quedó dormida.

Por la mañana se despertó con sensación agradable, sintió su boca algo pastosa, pero se sentía vital. Fue a la cocina, y se sirvió un gran tazón de leche con cereales. Aún no había amanecido. del todo. Se dirigió al salón, y abrió la puerta que daba al balcón. Se apoyó en la pared, y se quedó mirando el horizonte. El cielo. Era muy pronto aún, demasiado pronto. Tanto, que pensó que debería ir a la cama otra vez. Pero no sin antes disfrutar un poco mas de ese amanecer, con colores rojizos, amarillos, blancos, .... era como si el cielo se tiñera de sangre, para dar paso a la claridad y ese azul celeste tan bonito.

Pensó en vampiros, en colmillos, en sangre fresca. Se tocó el cuello...y sintió dos pequeños orificios...
http://poesiaybelleza.files.wordpress.com/2009/02/mordida_de_vampiro.jpg