Olivia se preguntó si no sería un error dejarle entrar. En realidad, las veces que se vieron él siempre tuvo un comportamiento normal con ella. Su intuición le decía que no le haría daño...pero ahora tenía algo de miedo. Ella le miró fijamente, mientras él permanecía tras el umbral esperando su respuesta. Otto era alto, y físicamente atractivo. De espaldas anchas, cabellos oscuros, ojos color miel, unas manos grandes y bien cuidadas... de tez blanca.
- Otto... ¿Por qué has venido?
- Ya te lo dije...no lo sé... - él la miró fijamente a los ojos, y le sonrió dulcemente. ¿Me dejas entrar?
- ¿No puedes hacerlo sin que te diga nada?
- No..., me tienes que invitar.- Y Otto se sentó en un banco que había en el balcón. Si no quieres entonces me voy.
Otto se incorporó, y Olivia se puso en pie también.
- Espera..., esta bien, puedes entrar. - A Oli se le aceleró el corazón, empezó a escuchar sus propios latidos, la sangre subía hasta llegar a su cerebro ... "¿¡Qué haces!?".
Él se fue acercando a ella lentamente, Olivia estaba paralizada "No le mires, no le mires, no le mires directamente a los ojos...". Otto le acarició suavemente su rostro, y levantando ligeramente el mentón de Olivia le dió dos besos muy despacio, uno en cada mejilla, rozando ligeramente sus labios al darselos. Ella sintió un frío que antes no había sentido, su cara ardía, "Tal vez sea eso... tengo mucho calor ahora...y él... esta frío".
- ¿Estas bien?... pareces nerviosa. - Otto contenía la risa.
- ¡Coño Otto!, apareces en medio del jardín a las tres de la mañana y dices que no sabes porque estás aquí, vuelas hasta mi balcón, me preguntas si puedes entrar... estas helado, venga, ¿ahora qué? ¿me vas a morder y a desangrar?
- Siento haberte asustado. Y eso solo lo haré si tu quieres.
-¿¡Qué!?- Olivia se sorpendió. Entonces... ¿no me vas a ... ?
- Eso no... - la cogió por la cintura y acercandola a él, le dió un beso en los labios.
No podía parar, la atracción era muy fuerte, y ella no comprendía que alguien como él pudiera hacerle sentir un deseo tan intenso como los besos que se daban en ese momento.
- Espera, espera.... - cuando Olivia le dijo eso, vió que Otto tenía unos grandes colmillos y estaba muy excitado. Tranquilamente ella le dijo... - No quiero que me muerdas..., hoy no.
El posó su frente sobre la de ella, mientras acariciaba su cuello...sus manos bajaron hacia sus pechos y su cintura...
9 comentarios:
¡¡Uffff!!
Tienes que animarte, escribes muy bien.
Me has dejado con la miel en los labios, ¿continuará?
¡Un beso!
MIGUEL
AY Madre! ESTOY EN UN SIN VIVIR...jaja Que continue....besos
Dilo! Y se extraviaron, se perdieron, desmadejaron todo lo ordenado hasta entonces, desanudaron los nudos, se abandonaron...
Un placer!
Ojjjjjjjj, y además es todo un caballero!!!
Yo quiero un Otto!!!
Y Otto, y Otto, y Otto!
Y después Otto!
Jajajajaja!
Me encanta esta historia (siempre y cuando no piense en la cara del tipo de la entrada anterior, ya sabes, motivos obvios, jejeje)
Un besito
Lala
Oli, estoy impresionado. Ya sabía que escribías bien...y mucho jajaja, pero...creo que te ha afectado lo de la serie esa jajaja
Buen relato. En serio
Bésix
Soy muy joven para leer esto, que parece subido de tono......Haré como si el post fuese sobre flores:
Pues bien, Olivia, la verdad es que las rosas blancas no son de mis favoritas,pero teniendo en cuenta que te gustan, haré un esfuerzo y te mandaré unos esquejes de esos que tenemos en el jardin. Eso sí, ten cuidado con las espinas, que se asemejan a .....a.......uys, se asemejan a incisivos de un vampiro y........
Hale, ahora tendré que leer el post.
Oli estas en racha!! :-D
Muaaksss
Nena... déjale que te muerda...
Escribir bien? es más que eso, no veas!!!!!!
a ver como sigue
jajajaja besazos
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