jueves, 6 de junio de 2013

Nuevos aires de mayo...

Me encantan los días en los que ni hace frío ni hace mucho calor. Poder salir por la mañana y sentir esa brisilla templada, preludio de un día soleado y caluroso pero sin extremos. Ah!... ¿será este un verano templado? ya veremos. 

Me siento aquí, con vosotros con mi taza de té de naranja y canela (infusión con una ramita de canela y una cascara de naranja -seca-), mmm! ¿Sabéis? mi vida ha cambiado un poco, solo un poco... He cambiado de coordenadas, ahora vivo un poquito mas cerca de Madrid. Y sí, pez y sirena ya comparten pecera tal como comente en algún post anterior. Eh! siiiii....jeje. Al final, dimos el paso. 

Y sí, las cosas no son igual que el ir y venir de los fines de semana, o días libres, ... siempre hay algo nuevo que descubrir, de la otra persona y de uno mismo, y de ambos como pareja. Y sí, es bonito (no me destrocéis la ilusión pequeños, jajaja). Vamos a ver, hay que tener en cuenta que cuando dos personas se juntan, se van con sus manías, costumbres, ideas, sueños, ilusiones, carácter... y buena parte de esas cosas ya las conoces de ante mano (o se supone,...depende cuánto lleves con dicha persona) y también las vas conociendo in situ.  También os digo, muy maaaaaaal tendría que ir la cosa para no soportar, ni conciliar en convivencia dichas cosas. Pero creo que si desde un comienzo las cosas marchan bien, mucho mejor. Y con bien, no me refiero a que tenga que ser perfecto, o que no haya ningún problema, sino que exista armonía (comunicación, atención, paciencia...) y querer que las cosas marchen bien. Desde el cariño. 

Ah!... después de unas cuantas semanas, y pasado ciertos baches de mi marcha del nido familiar, y el aterrizaje a la pecera un tanto con los sentimientos revueltos y alterados (emociones mas bien), ya mas en calma las cosas como que van cobrando forma. Es bonito organizarse, cenar juntos, ver el orden que tiene cada uno, y en conjunto...y no por ello perder su propia identidad ni independencia. Al fin y al cabo, somos uno que decidimos ser dos (pero no bicéfalos, jaja...no perderse el uno en el otro, ya me entendeis). 

Y hasta aquí el post pasteloso, ¿o no lo ha sido a penas? jeje.